MAR PAVÓN

Un día, hace ya bastante tiempo, alguien me dijo con una mezcla de
compasión y sorna:


–¡Pobrecilla! Te aburres tanto que hasta tienes que leer…


No recuerdo la identidad de la persona en cuestión, pero sí la lástima infinita
que me dio al delatarse como alguien que, a lo sumo, leería los catálogos
publicitarios del súper y puede que, de vez en cuando, las indicaciones de
algún prospecto farmacéutico (¡qué dolor!).


Por aquel entonces, trabajaba yo de taquillera en la piscina municipal de mi
pueblo, Sant Joan de Vilatorrada. Ahí fue donde, además de “combatir el
aburrimiento leyendo”, empecé a componer mis primeros versos para niños,
inspirados la mayoría en mi hijo, todavía un bebé. Fueron dos veranos intensos
e inolvidables, en los que, entre el ir y venir despreocupado de los bañistas, yo
protagonizaba mi particular inmersión en el mar de la literatura infantil.


A partir de ese momento, y a pesar de que mi estrecha relación con los libros
se remonta a la más tierna niñez, mi universo literario dio un giro de 180
grados, tanto en la elección de mis lecturas como en el contenido de mis
escritos. Y es que nunca antes había imaginado que leer y escribir textos
destinados a los más pequeños pudiera cosquillearme tanto el alma. Y, no
obstante, mi alma se retorció de puro regocijo hasta tal punto que no tardó en
aflorar la niña soñadora y creativa que una vez fui.


Desde aquel bendito desbarajuste han pasado ya más de 15 años en los que,
entre otras cosas, he dado a luz una treintena de títulos –algunos de los cuales
traducidos a otros idiomas– y otra hija que afianza aún más si cabe mi
comunión con la literatura infantil. Siendo así, no es de extrañar que mi niña
interior se me haya subido a la cabeza, y ya nada pueda impedir que esta
borrachera de infancia me acompañe mientras viva, como un dulce sueño que
me confina irremediablemente a la ilusión. Y si alguien me compadece porque
leo o, peor aún, porque escribo, pues qué se le va a hacer: todo lo más,
¡brindar a su salud!


En AMIGOS DE PAPEL me estreno con Sira Sol


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